10 de julio de 2014

Peregrinación Marítima Xacobea, etapa de Portosín a Riveira 10/7/14

Hola amigos, a pesar de estar ya preparando el regreso y de no hacer estas últimas etapas con la flotilla de esta Primera Travesía Marítima Xacobea, la tecnología me permite estar con contacto con las tripulaciones que han podido continuar y completaré mi trabajo con estas dos últimas crónicas que faltan.
Por fin hoy ha sido un día en el que la flota no ha tenido que madrugar. Hoy tocaba recorrer las casi treinta millas que separan Portosín de Riveira y como ayer el viento ha soplado con fuerza pero noble, empujando a las embarcaciones hasta su destino, esta vez ya dentro de la Ría de Arosa.
Riveira, tierra de castros y de petroglifos es el mayor puerto pesquero de bajura de España y también y el de mayor producción de marisco, siendo además muy conocida por sus playas y por ser la puerta de entrada al Parque Nacional de las Islas Atlánticas y a la ría de Arosa en cuyo fondo se encuentra la villa de Padrón y el final de esta peregrinación.
La navegación, de nuevo con vientos portantes (que entran por la popa) ha vuelto a ser cómoda y rápida a pesar de los veinte nudos de viento, que supones casi cuarenta kilómetros por hora, y que han catapultado a los veleros a un ritmo de seis a siete millas por hora hasta su destino.
La dificultad de esta etapa estaba, además de la propia navegación por el océano hasta la entrada de la ría, en el difícil acceso a la Ría de Arosa, una zona con múltiples piedras y arrecifes, que afiladas como cuchillos suponen un grave riesgo para los cascos de fibra de vidrio de las embarcaciones. Cesta dificultad ha hecho que los que no conocían bien la entrada a la ría hayan tenido que rodear la Isla de Sálvora aumentando así un poco el recorrido.
Hoy la etapa ha sido corta y mañana prácticamente será testimonial ya que solo se recorrerán diez millas de Riveira a Puerto Cabo Cruz final de esta aventura y lugar de encuentro con la flota de barcos que desde Génova, en el Mediterráneo, recorre la Ruta Mediterránea de esta travesía y que ya han llegado también prácticamente a su destino y sin demasiados incidentes.
El cansancio de tantos días acumulados de navegación hace mella en las tripulaciones, pero todas las tardes se reúnen para recuperar fuerzas y comentar las aventuras de la jornada en torno a las viandas con las que los Clubs náuticos a los que se llega ofrecen a los peregrinos marítimos. Así que desde estas páginas nuestro agradecimiento a todos los clubs náuticos, empezando por el de Ribadeo, con Ramón Acuña su presidente a la cabeza, el Club Náutico de Viveiro, el de Ares, el de Camariñas, el de Portosín y finalmente este de Riveira y el último, mañana, el de Cabo Cruz, que se han esforzado y nos han tratado con mimo y con todo el cariño de aquellos que saben lo que es la mar y las dificultades que suponen travesías como estas.
Enhorabuena a los clubs, a Asnauga, los organizadores y muchs gracias a Ana por sus fotos.

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