12 de julio de 2014

Última etapa de la Peregrinación Marítima a Santiago

La Primera Travesía Xacobea ha terminado hoy con la llegada a las instalaciones del Club Náutico de Puerto Cruz. Aquí se han reunido hoy las dos flotas, la procedente del Mediterráneo cuyos peregrinos han llegado en barco desde Génova, en Italia y la que ha seguido la Ruta Norte, que tras concentrar en Avilés a embarcaciones asturianas cantabras y europeas, se desplazó a Ribadeo para unirse a la flota gallega y desde allí tomar oficialmente la salida y recorrer unas trescientas millas hasta llegar a este precioso y novísimo puerto de Cabo Cruz.

Hoy la etapa ha sido corta, de poco más de cinco millas para los que conocían la zona y que atajaron entre el laberinto de piedras que es la Ría de Arosa y unas diez millas para el resto, pero todos están felices de haber logrado llegar hasta aquí.
Han sido, tanto para unos como para otros, días duros, llenos de esfuerzo, de lucha, de averías y de pelear contra los elementos, que no han sido precisamente favorables.

Para los peregrinos marinos que han llegado hasta aquí, navegar en las tranquilas aguas de las rías gallegas es un verdadero placer por las condiciones tan espléndidas de navegación que suelen ofrecer, un relax que se convertirá de nuevo en adrenalina cuando, tras recibir la Compostelana tengan que emprender el regreso hacia el Cántábrico y el Mediterráneo, rebasando unos Finisterre y la Costa da Morte y otros el Cabo San Vicente o el Estrecho de Gibraltar, pero esta vez seguramente con el viento y la mar en contra, y en condiciones seguramente mucho peores, tal y como se prevée según los avances meteorológicos.
Mañana ASNAUGA, los organizadores de esta Primera Travesía Náutica a Compostela, trasladaran a todos los peregrinos en barcos más planos hasta el puerto de Padrón desde donde partirán con autobuses hasta Santiago de Compostela y cumplir allí con la tradición de darle una cabezada al Santo Apóstol y recibir como premio la certificación de su peregrinaje. Pero estoy seguro que el mayor premio que todos recordaremos serán estas jornadas de navegación entre amigos, complicadas y duras, pero felices por haber hecho nuevas amistades o reencontrado a los ya conocidos.

Este es el fín de un camino y el principio de otro. El fin de mis crónicas como peregrino. Gracias a todos los que me han ayudado, especialmente a Ana Couto por cederme alguna de sus fotos. Todos hemos comprendido que la mar y el Camino son mucho más que una peregrinación, son encuentro de culturas y de personas diferentes. Esta primera Travesía Náutica a Santiago abre un nuevo camino para llegar a Compostela y para llegar a uno mismo. Muchas millas náuticas que han unido y seguirán uniendo a las gentes que han surcado estos tres mares; el Cantábrico, el Mediterráneo y el Océano Atlántico.

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