27 de abril de 2014

Quien tiene un amigo, tiene un tesoro.


Me siento tranquilo, satisfecho, casi orgulloso en esta mañana soleada y templada mientras el ventarrón del oeste peina los bosques de eucaliptos y la mar se vuelve blanca de borreguillos que alborotan la superficie plateada por el sol..
Nunca me había sentido tan arropado dando una conferencia, una charla en un congreso o hablando en público por cualquier motivo como antes de ayer, durante la presentación de “Los caminos del agua” en Avilés.
Hubo contratiempos, ya anécdotas, como el importante handicap que supuso que no se anunciara la presentación de la novela en el periódico, porque lo verdaderamente importante es que la sala se llenó de amigos, verdaderos amigos que quisieron acompañarme en un día tan señalado.
Humildemente tengo que decir que si quien tiene un amigo tiene un tesoro, esa tarde me sentí millonario.
Allí estuvieron, fieles, atentos y felices un nutrido grupo, casi todos, los amigos de Luanco. Me acompañó también todo el grupo de Avilés, los que compartieron tantos fines de semana navegando conmigo hace años. Me reencontré con mi antiguo amigo José Antonio Morán, me sorprendió la presencia de otros, menos íntimos, pero que, lean o no lean esta nota, sabrán en adelante que yo también seré a partir de ahora un gran amigo para ellos.

Acudió poca gente que no conocía y desde ese punto de vista la presentación no fue un éxito, pero me sentí afortunado. Ellos, todos los que fueron, me hicieron feliz y no lo olvidaré nunca.
Siempre recordaré a Rafa a mi lado, ligeramente nervioso, como yo, presentándome ante el auditorio.
Gracias desde aquí a todos, a Rafa por su ayuda y a todos nuestros amigos por arroparnos a Marta y a mí, por estar ahí. Ahora, después de todo, creo que prefiero que no acudiera demasiado público, para mí esas cincuenta personas llenaron más de orgullo, de sano orgullo, mi alma que cientos de desconocidos. Espero estar a la altura con vuestra amistad. Gracias.

Para los que no estuvieron, les dejo un enlace del reportaje que al día siguiente salió en La Nueva España de Avilés.


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