26 de junio de 2014

Primera Travesía Náutica Xacobea 2.014 . Historia de las peregrinaciones marítimas ( 2ª Parte)

LA TRAVESÍA MARÍTIMA HASTA SANTIAGO EN LA EDAD MEDIA
La ruta que comunica por mar el sur de Inglaterra con el norte de España se ha realizado con regularidad desde la antigüedad. La ascendencia celta de las poblaciones del norte de la península está, probablemente, en relación con las migraciones y el comercio que los europeos practicaron con Asturias y Galicia, existiendo ya constancia de estos movimientos migratorios marítimos en los siglos V y VI.

El primer relato escrito data del siglo VII y en él se describe como los monjes irlandeses que llegan a Galicia fundan el monasterio de Santa María de Bretoña, cerca de Ribadeo y del que aún se conservan restos.

Por entonces ya se empezaba a practicar la navegación directa, es decir, se enfilaba una línea recta desde Cornualles o Devon, en el sur de Inglaterra, hacia el Cabo Ortegal en el norte de Galicia. Al ser una navegación oceánica, sin avistar la costa, y al no existir instrumentos de navegación, la travesía era difícil y arriesgada, más teniendo en cuenta de que los barcos eran pequeños y débiles.

Esta travesía marítima suponía y supone, además de una distancia considerable, atravesar el golfo de Vizcaya una zona difícil, con temibles galernas, frecuentes tormentas, enormes olas y fuertes corrientes.


Los Embarcaciones:
Las naves eran siempre multiusos ya que su propósito era fundamentalmente el comercio que se completaba con el transporte de peregrinos.
Hasta el siglo XII la mayoría de los navíos aún se manejaban con remos que se utilizaban cuando no soplaba el viento, tal y como hacían griegos y romanos. A partir del siglo XIII y XIV comenzaron a utilizarse algunos instrumentos de navegación rudimentarios, como la brújula, y las naves avanzaron en el diseño permitiendo un viaje algo más cómodo.
La nave típica fue la “coca” un pequeño barco original del norte de Europa, de poca eslora, mucha manga, timón de codaste y dotado con un único palo de vela cuadrada al estilo vikingo.

El tipo de viaje.
Las circunstancias del viaje debían de ser terribles. La falta de espacio en las pequeñas naves, para las que lo importante era la carga y no el pasaje, hacía que los peregrinos fueran literalmente apiñados y las condiciones higiénicas eran pésimas. Al insoportable mal olor causado por la ausencia de ventilación, la acumulación de excrementos, vómitos y alimentos putrefactos, se le unía un trato degradante por parte de la tripulación.
No obstante la ruta a pie era tan dura, tan larga y tan peligrosa en aquella época que en uno de los pocos relatos de peregrinos que se conocen, Andrew Boorde, en el siglo XVI, llegó a decir que “prefería ir cinco veces a Roma por mar que una sola por tierra a Santiago”.
La duración del viaje solía ser de entre tres y siete días dependiendo de la meteorología. Eran por tanto cortos, si el tiempo era bueno, pero eran comunes los viajes de una semana o más con condiciones de mar muy duras. Tampoco eran extraños los ataques de los piratas y en ambos casos era frecuente que el viaje terminara en naufragio o en un puerto diferente al del destino, siendo habituales los desembarcos en Ribadeo o Vivero desde donde los peregrinos tomaban el llamado Camino del Norte para llegar a Santiago.

Así pues La peregrinación marítima jacobea desde Inglaterra a finales de la Edad Media se caracterizó por ser una ruta rápida, no exenta de grandes peligros y caracterizada por combinar el traslado de peregrinos al Santuario del Apóstol con el comercio de vino hacia Inglaterra, mientras que desde Galicia se importaban paños, vestidos o armas. Esta ruta, llamada ahora “El camino inglés” cayó en decadencia a partir del siglo XV con el inicio de la reforma protestante y el resurgimiento del comercio del vino con otras zonas.

De estas peregrinaciones no existen demasiados testimonios ni relatos. Los pocos que existen nos hablan de las pésimas condiciones y los peligros del viaje, incluso de los milagros que salvaron vidas gracias a la invocación del Apóstol.

Sobre los relatos de estos peregrinos de la Edad Media, intercalados con las aventuras y anécdotas de los barcos que participan en las distintas etapas de esta primera Travesía Náutica Xacobea 2.014, que empieza en el norte de Europa y termina en la Ría de Arosa, tratarán los capítulos de esta serie de reportajes. Hasta él llegaremos los casi cincuenta barcos de vela que realizaremos la travesía.

Sin duda que, en más de una ocasión, sentiremos el peligro y las dificultades de navegar por mares difíciles y peligrosos. Será una forma apasionante de sentir las adversidades que los peregrinos de antaño debieron sufrir, eso si con algunas comodidades más.

Mi agradecimiento todos los autores cuyos trabajos he consultado, pero especialmente a Mª Violeta Miraz Seco de cuya tesis doctoral dirigida por Paz Portilla han salido la mayoría de los datos.

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